La realidad económica ya está pisándoles los talones a las falsas esperanzas de muchos británicos. Hace un año, una escasa mayoría votó a favor de que el Reino Unido abandonara la Unión Europea, creyendo en las promesas de la prensa popular, y de los políticos que hicieron campaña por esa opción, de que el Brexit no perjudicaría sus niveles de vida.